La campaña se desarrolla de forma muy negativa en caza menor y equilibrada en caza mayor

La Mesa Extremeña de la Caza considera que la temporada cinegética 2015-2016 ha sido muy irregular, aunque en general han predominado los aspectos negativos de la misma.

La peor parte se la ha llevado la caza menor, con un nuevo descenso de liebre y conejo que se suma al ya registrado en años anteriores y que ha llevado al sector a una situación límite. En el caso de la perdiz, la mayor parte de las capturas proceden de sueltas, aunque ha criado bien allí donde ya las había.

El problema, en opinión de la Mesa, es que tampoco se vislumbran soluciones a corto o medio plazo, por lo que reitera la necesidad de que la Junta de Extremadura impulse un Plan Urgente de Recuperación de la Caza Menor.

En cuanto a las migratorias de verano, la temporada ha sido mejor que en años anteriores, con presencia de tórtolas en zonas donde hacía tiempo que no había. Sin embargo, las invernantes, para las que se presagiaba una buena campaña, han brillado por su ausencia debido al clima tan atípico que estamos sufriendo.

Si hablamos de caza mayor, en términos generales la cabaña de reses de Extremadura goza de una buena salud. El jabalí sigue en expansión en zonas donde tradicionalmente no había existido, aunque ese aumento se compensa con la regresión de esta especie en las zonas tradicionales de caza. Por último, el ciervo sigue en línea ascendente en cuanto a calidad y cantidad.

El principal problema para el sector ha estado en la normativa impuesta por la Junta de Extremadura para la recogida de SANDACH (subproductos animales no destinados al consumo humano), que ha provocado un incremento considerable de los costes de las acciones cinegéticas debido a la gestión de la recogida de estos restos. La Mesa Extremeña de la Caza espera que la Junta de Extremadura reflexione y de cara a la próxima temporada adapte su norma a las que ya existen en las comunidades limítrofes para no dañar aún más al ya maltrecho sector cinegético extremeño.