El pasado cinco de mayo de 2012 en Mesas de Ibor, como consecuencia del magnífico rececho realizado por Ismael Fernández, fue abatido un corzo excepcional, que después de su medición, ha dado 118 puntos, una medalla de plata de los que reconforta a cualquier “corcero”.

No es fácil abatir un trofeo de esta envergadura, calidad y belleza desmesurada en nuestra tierra extremeña y, mucho menos, en fincas abiertas.

Una rareza que embelesa con sus tortuosas formas y que de forma irredenta envidiamos de forma y manera malsana todos los recechistas que buscamos con ahínco ese trofeo que ya tiene Ismael Fernández. Todos los adjetivos que pudiera plasmar empequeñecen al visionar semejante desproporción, semejante rareza, semejante exceso. En definitiva, un trofeo único, irrepetible, exclusivo.

Extremadura también tiene corzos importantes y también en fincas abiertas. La magnífica gestión de esta sociedad deportiva desde hace años, con directivas capaces como la presidida por Mario Fernández, Antonio Artero y, en la actualidad, por Ismael Fernández está dando sus frutos.

Directivas que contaron con colaboradores de lujo como Otilio Román, Francisco Román, Alfredo Romero y cada uno de los socios que sin formar parte de la directiva colaboran cada temporada.

Mi más sentida enhorabuena al recechista y, sobre todo, mi más sentida gratitud a ese pedazo de corzo, que nos devuelve la ilusión de poder abatir, también en Extremadura, trofeos de una calidad comparable a los de Guadalajara, Soria, etc. En Extremadura también los tenemos.

Antonio Artero Nevado (Asambleísta de la Federación Extremeña de Caza)