La Caza en España, como en las diferentes partes del mundo, se caracteriza por tener unos mismos antecedentes prehistóricos. La Caza de la prehistoria, no era una actividad deportiva, como puede ser hoy, sino que en ella se veían implícitas la supervivencia del grupo humano, la cooperación entre tribus, clanes, etc. (Jaén, 2009). Los orígenes de la Caza son tan antiguos como la existencia del propio ser humano.

Es durante el periodo neolítico cuando el ser humano comienza a cultivar la tierra y a domesticar y criar animales; cuando comienza la evolución de la Caza hacia el concepto de “Caza Deportiva” tal y como hoy se entiende. Se considera pues, que los primeros grupos humanos utilizaron un sistema de Caza, Pesca y Recolección que fue determinante para garantizar el poblamiento del planeta. Es por tanto que se le otorga a la Caza un fin utilitario. Estas utilidades de la Caza han continuado a lo largo de los siglos hasta tiempos relativamente recientes, en los que la evolución del armamento, con la aparición y desarrollo de las armas de fuego, y las restricciones de los espacios para la Caza en Europa, condicionan las posibilidades de participación y las exigencias físicas (Hidalgo, 2003).

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La Caza ha sufrido una gran transformación, ha evolucionado notablemente, con lo que ha abandonando su fin utilitario para convertirse en una actividad físico-deportiva de Ocupación del Tiempo de Ocio fundamentalmente, siendo reconocida como tal por el Consejo Superior Deporte y el Comité Olímpico Internacional. La Caza como práctica físico-deportiva es un fenómeno que “mueve masas”, como consecuencia de su arraigo cultural, y con un destacado uso social como forma de Ocupación del Tiempo de Ocio (Feu, 2003). Esta actividad físico-deportiva genera riqueza: rentas y empleos de forma directa e indirecta.

Para finalizar, exponer que la “Caza en España como práctica físico-deportiva” tiene una gran variedad de disciplinas que se pueden practicar en territorio español, todas pueden englobarse en dos modalidades primordiales: la Caza Mayor y la Caza Menor. Dependiendo de los tipos de terrenos existentes en el territorio español, la gran diversidad geográfica, clima y vegetación existente, los cazadores van a practicar unas modalidades más que otras en función de la zona geográfica en la que desarrollen su actividad, ya que unos son más propicios que otros para ciertas especies cinegéticas, así como para la práctica de ciertas disciplinas de Caza concretas. (Gamonales y León, 2014).

Gamonales, J. y León, K.
Facultad de Ciencias del Deporte (Cáceres)

REFERENCIAS.
Feu, S. (2003). La caza como recurso económico y turístico. El acondicionamiento físico del cazador. Centro de Desarrollo Rural Campiña Sur. pp.155-173.
Gamonales, J. & León, K. (2014). La caza en España. Las capacidades físicas del cazador. Universidad de Extremadura. 1, pp. 20-29.
Hidalgo, S. (2003). Evolución de la caza desde la Prehistoria hasta nuestro días. Centro de Desarrollo Rural Campiña Sur. pp. 93-118.
Jaén, P. (2009). La caza: una actividad turística del medio rural. Su investigación en el aula. Revista Digital. Innovación y Experiencia Educativa. Junio de 2009. 19, pp.1-19