El artículo, publicado en PLOS ONE, analiza por primera vez las poblaciones de perdiz roja silvestre de alta densidad en el Campo de Montiel (Castilla La Mancha) – La mortalidad diferencial de las hembras durante la reproducción explica la mayor proporción de machos en la población – Una gestión adecuada beneficia la biodiversidad y la producción de riqueza natural del agrosistema

La perdiz roja (Alectoris rufa) es un ave que vive en casi todos los hábitats de la península, desde las tierras bajas junto a la costa hasta los prados alpinos. Este ave que siempre ha llamado la atención por su presencia ubicua y su abundancia, hoy (la especie salvaje) es rara de ver y realmente escasa. Nuestra cultura rural gravemente amenazada por la vida moderna, ha perdido la tradición del cuidado, aprovechamiento y conservación de la fauna silvestre. La producción de animales de granja, el uso de estas perdices económicas para la caza y el abandono del campo, explican en parte la rarefacción de la especie. Sin embargo, todavía existen algunos lugares que cuidan y aprovechan las poblaciones de perdiz en alta densidad.

Estudios previos han documentado como las poblaciones de perdiz roja están en declive en la mayoría de los agrosistemas hispanos, debido a las transformaciones agrarias. Pero no se sabía cómo era la dinámica de las poblaciones expansivas en alta densidad, típicas del pasado y de hábitats bien conservados. Auspiciados por la propiedad privada de la finca “Las Ensanchas” investigadores de la Universidad de Lleida, emprendieron un estudio para averiguar cómo era la demografía de las poblaciones de perdiz roja silvestre que viven en hábitats cuidados en alta densidad. Su objetivo era resolver a las siguientes preguntas ¿cómo responde la población a los cambios de la productividad neta anual de los agrosistemas? ¿cómo cambia la estructura de la población de esta ave con la meteorología? ¿cómo afecta la predación a la productividad? Averiguar los distintos factores que influyen en la demografía de la especie es clave para mejorar la gestión. “Determinamos cuantos animales había de cada clase de edad y sexo durante 14 años, calculamos cuales eran los distintos índices poblacionales y como estos se relacionaban entre ellos, y con la bondad meteorológica anual”, afirma Jesús Nadal, primer firmante del artículo. “Comprobamos que las clases de edad y de sexo de la población estaban directamente relacionadas entre ellas y que dependían de la densidad, también descubrimos como se asociaban estos índices poblacionales con las variables meteorológicas y la producción neta primaria”. En años en los que la adversidad climática reduce la producción neta primaria del agrosistema (por ejemplo: flores y saltamontes) la reproducción fracasa, incluso pueden morir ejemplares adultos y disminuir la densidad que había en la primavera. En contraposición años en los que la bondad climática incrementa la producción neta primaria del agrosistema (por ejemplo: semillas y hormigas), la reproducción resulta muy exitosa. La calidad del hábitat, la estructura de la población y el impacto de la predación también afectan al éxito reproductor.

Si se controla la estructura de la población de forma que la razón de sexos sea equilibrada, el potencial reproductor aumenta y por tanto las posibilidades de éxito y de incrementar el número de animales. De hecho en esto consiste el cuidado de las poblaciones de perdiz roja silvestre, en garantizar la calidad del hábitat y en la regulación de los predadores, para asegurar el éxito reproductor. Por otra parte, esta gestión beneficia la biodiversidad y a la producción riqueza natural del agrosistema, por eso en “Las Ensanchas” están presentes muchas especies que en otros lugares han desaparecido o están amenazadas como son el águila imperial ibérica (Aquila adalberti) y el lince ibérico (Lynx pardinus).

Principales conclusiones

1. La dinámica de la población de perdices silvestres en alta densidad, se caracteriza por tener reducido el éxito reproductor debido a la mayor longevidad, competencia entre los ejemplares y al mayor impacto que sufren de las perdices de los predadores.

2. La mortalidad diferencial entre los dos sexos, ocasionada por la predación, explica el déficit del 19,2% en las hembras adultas. Esto disminuye el potencial reproductor de la población. Por lo que condiciona la producción y la capacidad de recuperación.

3. La reducción del impacto de la predación es un factor clave en la dinámica de la población de perdices, resulta tan necesario para mantener las propias poblaciones de predadores, como para la supervivencia de las de las demás especies presa. El hombre inteligentemente debe ejercer este papel de regulación en los agrosistemas.

4. Las poblaciones de alta densidad se caracterizan por tener ejemplares más longevos, la estructura de la población está más envejecida. Esto condiciona la baja productividad, aunque mantener a la población en alta densidad, es un seguro del capital de perdices para soportar años con fracaso reproductor.

5. En la península los años con fracaso reproductor son abundantes ya que el desarrollo meteorológico frecuentemente condiciona la escasez en la producción neta de los agrosistemas. Según la adversidad climática, durante estos años el capital de perdices puede incluso reducirse con respecto al que había en el inicio de la primavera. Por tanto siempre se debe ajustar el plan de caza a las condiciones particulares de cada temporada para conseguir que el aprovechamiento sea sostenible.

6. El seguimiento de las poblaciones de perdiz roja silvestre es un excelente indicador de cómo se encuentra la naturaleza, del deterioro de la vida salvaje en los agrosistemas y por tanto de nuestra calidad de vida. Si queremos, podemos producir biodiversidad, cuidar y aprovechar deseablemente la naturaleza. Todavía estamos a tiempo de recuperar este tesoro autóctono de nuestra naturaleza y cultura, la perdiz roja que hoy subsiste de forma marginal.

Cita: NADAL, j., pONZ, c. &. Margalida, A. 2016. Age and sex ratios in a high-density wild red-legged partridge population. PLOS ONE

Contacto: Dr. Jesús Nadal: jnadal@ca.udl.cat